Posiblemente nunca haya oído hablar del «Papiro» predecesor del papel en varios siglos.
Hace ya 5.000 años, los antiguos egipcios, usaron las fibras de esta planta, para transmitir a través de signos y dibujos, sus costumbres e historia.
Es tal su consistencia, que los años no lo deterioran, permitiendo que los colores que soporta se mantengan frescos con el paso del tiempo, lo que ha hecho posible que aquellos que han llegado a nuestros días conserven todas sus cualidades originales.
Los papiros fueron utilizados por la civilización egipcia 3.000 años antes de J.C., aunque también hicieron uso de ellos las civilizaciones occidentales, hasta el descubrimiento del papel.
En documentos notariales y cancillerescos se usó hasta el siglo VII y la Cancillería Pontificia hasta el siglo XI Catalunya fue el principal foco en la Península Ibérica.
Existen preciosos ejemplares de todas las épocas, siendo el más conocido el «LIBRO DE LOS MUERTOS» que se conserva en el Museo Británico de Londres.
También la ciudad de VIC alberga una magnífica colección de papiros.
Sería interminable hacer una reseña de todos ellos, y de la historia que contienen y nos transmiten.