De la unión de Volkswagen y los laboratorios del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha nacido AÍDA.
Es un robot híbrido, mezcla de un GPS y el robot Wall-E, lo cual podría cambiar la manera en que los conductores interactúan con sus automóviles, según aseguran sus creadores.
«…En el desarrollo de AÍDA, nos preguntamos cómo podríamos diseñar un sistema que pudiera servir de guía y a la vez ser un compañero informado y amistoso…», explica Carlo Ratti, director del Laboratorio de SENSEable City Lab del MIT.
El resultado del Robot Afectivo de Conducción Inteligente, es un especie de cabeza robótica, montada sobre un cuello articulado, que expresa emociones típicamente humanas, como asombro, tristeza o alegría.
Con respecto al funcionamiento, el robot se coloca en el tablero del automóvil y es capaz de hacer recomendaciones sobre la forma en que conducimos.
Nos recuerda que debemos ponernos el cinturón de seguridad, nos aconseja sobre el mejor camino a tomar para llegar al destino, nos informa sobre el tráfico y, nos advierte de los peligros de la carretera.