Todavía hoy, en pleno siglo XXI, hay quien no tiene claro cuando es el momento óptimo para afeitarse, antes o después de la ducha.
Los defensores de cada método tienen sus ventajas preparadas para defenderse ante los ataques del bando rival. Unos dicen que si lo haces antes das más tiempo a que las heridas se cierren y la piel se revitalice con el agua.
Los otros que así se prepara la piel, que se ablanda el pelo… Pero, ¿realmente cuál es momento perfecto?
Pues como todo, no hay uno que sea perfecto. Si bien es cierto que hacerlo después de la ducha prepara la piel, este proceso también puede hacerse en “seco”.
La clave es preparar la piel y los pelos antes de afeitarse. Si lo hacemos antes de ducharnos debemos utilizar cremas, aceites o productos que preparen la piel.
Si por el contrario lo hacemos después, la propia ducha ya ablanda los pelos lo suficiente y el agua caliente abre los poros.
Ahora dime… ¿Cuál es vuestro momento preferido?
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