Secuestrados, un estreno aterrador

Esta película relata en primera persona la terrible experiencia de una familia que una noche sufre en sus propias carnes un secuestro express, algo que está muy al día en los últimos tiempos en España. En este tipo de secuestros los intrusos además de robar y entrar en los hogares  secuestran a sus ocupantes durante periodos muy cortos pero terribles para sus víctimas y que además son normalmente muy violentos. El secuestro no acaba hasta que una persona de la familia consigue todo el dinero posible para que los secuestradores liberen a las víctimas.

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Aquí os ponemos una crítica de Carlos Marín para aullidos.com:

Secuestrados es una bomba. Rotundos, sinceros, directos. Una bomba directa al corazón, a la tensión, a los nervios, a la desesperación. Un film que no deja respirar, que lleva a límites increíblemente trazados el concepto de inmersión por parte del espectador. Una pieza inestable que no tiene dudas en qué debe hacer para atacar al sufridor del patio de butacas.

La película se compone de aproximadamente 12 planos secuencia, más alguna que otra pantalla partida que separa la acción en dos escenarios diferentes. Su director, Miguel Ángel Vivas, se baja los pantalones (metafóricamente, claro) y muestra un trabajo técnico digno del más loco Paul Thomas Anderson, con coreografías detalladas y complicadas escenas de acción rodadas con tanta naturalidad que, en pocos minutos, uno se olvida del plano-contraplano para ser absorbido completamente y sin respiro por la historia que narran las imágenes.

El guión es una pieza de golpes de efecto que arrastra a los protagonistas por una cuesta abajo sin frenos, increíblemente interpretado por un reparto ajustado a la horma del zapato. El nivel físico de la propuesta requiere de un trabajo aún más completo de los actores y, en este caso, no defrauda en absoluto. Atención a los villanos, unos (y perdón por la palabra) hijos de puta de cuidado, una respuesta visceral a los fríos asaltantes de otras películas que intentan expresar (muchas veces sin conseguir) lo mismo.

Es de agradecer que no exista ninguna subtrama de enredos políticos, o de faldas, o giros de guión fuera de lo que es la acción en sí. La historia se centra en una familia atacada por unos desgraciados, unos lobos que vienen a destrozar el gallinero por interés propio, sin locuras psicópatas, solo por el sucio dinero. Sin duda es otra virtud que acerca a la realidad de la película, haciendo fácil la identificación con cualquiera de los protagonistas del film.

Como un tren de alta velocidad de la pantalla a tu cerebro, Secuestrados es una de las piezas de tensión absoluta imprescindibles que uno no puede perderse en absoluto. Dura, magistralmente dirigida y talentosamente interpretada, la segunda película de Miguel Ángel Vivas atrapa desde que se apagan las luces de la sala hasta que aparecen los créditos finales. Un viaje sin retorno a la capital del terror que sucede entre las paredes de nuestras casas. En serio, increíble.

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