Hoy en masculino.es os queremos hablar de las bicicletas y algunos de los problemas que pueden causar los sillines de las mismas. Estos están diseñados de tal modo que el peso puede llegar a comprimir los nervios y vasos sanguíneos del área del perineo, que son necesarios para el buen funcionamiento de los órganos sexuales. Se descubrió tras un estudio que las mujeres que practicaban ciclismo tenían menos sensibilidad genital que un grupo control de atletas femeninas.
Según se ha sabido, muchas mujeres que se desplazan en bicicleta o reciben clases de spinning en un gimnasio se quejan de adormecimiento y pérdida de sensibilidad en el área genital. Los resultados se obtuvieron realizando pruebas a mujeres que realzan trayectos de al menos 16 kilómetros a la semana en bicicleta durante 4 semanas. Además, las participantes de las pruebas llevaron sus propias bicicletas al laboratorio, donde fueron colocadas en máquinas estáticas para que las mujeres las utilizaran como solían hacerlo en el exterior.
Para asegurarse de que los resultados fueran correctos compararon el efecto de diferentes tipos de bicicletas, con diversas posiciones de asiento y manillares, además de analizar la presión en el piso pélvico de las ciclistas. Todo esto fue para medir la sensación genital de las participantes en micrómetros utilizando un estesiómetro, un instrumento para medir la sensibilidad táctil.
Después de todas las pruebas se llegó a la conclusión de que el factor más determinante era la posición del manillar. Las mujeres que utilizaban bicicletas que tenían manillares ubicados a nivel más bajo que el asiento tenían una mayor presión en el perineo y una menor sensibilidad en el suelo pélvico.
Cuanto más desciende el manillar, más debe inclinarse hacia delante la mujer, y más peso corporal soporta el perineo. Modificar la estructura de la bicicleta podría reducir los efectos negativos de la utilización de este vehículo.