Las pantallas planas de cristal líquido, presentes en multitud de dispositivos electrónicos, como los teléfonos móviles, las tabletas o los lectores de libros electrónicos, se pueden utilizar para recargarlos, señalan investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), liderados por el español Amador Menéndez.
El trabajo se basa en el parecido existente entre las células solares y las pantallas, ya que ambas deben absorber la luz incidente para funcionar. En las pantallas la ausencia de reflejos es lo que asegura que las imágenes son visibles en condiciones de gran iluminación ambiente y que los colores oscuros se pueden ver bien incluso a pleno sol, explican los investigadores en la revista Energy and Enviromental Science de la Royal Society británica en la que se publica el trabajo.
Esta energía se pierde en forma de calor normalmente, pero los investigadores plantean redirigir la luz hacia los bordes de la pantalla donde la puedan captar células solares, tanto en condiciones de iluminación exterior como en interiores. Hasta ahora este planteamiento tenía el problema de que parte de la luz no se convertía y podía dañar la calidad de la imagen. La solución ha sido trasladar al rango del infrarrojo (no visible para el ojo humano) la frecuencia de la energía en forma de luz visible que se quiere aprovechar.