¿Enciendes un cigarrillo tras otro y estás desesperado por dejar de fumar? ¿Has leído 20 veces el libro de Allen Carr y sin efecto alguno? Te presentamos la solución definitiva para el problema del tabaquismo: ¡cabeza enjaulada!
La idea de ponerse una jaula en la cabeza le ha venido (a la cabeza) a un ciudadano turco, Ibrahim Yusel. El hombre pasaba días encendiendo una cigarrillo con el otro y ya no sabía qué hacer. Y por fin se le ocurrió de separar las manos de la boca gracias a una jaula que recuerda un poco la careta de esgrima. Ibrahim de 42 años ya lleva varios días «enjaulado». Las llaves de su jaula las tienen su mujer o su hija que le liberan para pocas horas cuando él vuelve de trabajar.
La careta-jaula la hizo el propio sufridor. Le inspiraron los cascos para ir en moto. El artilugio le impide totalmente de llevarse un cigarrillo a la boca. Lo que no sabemos es cómo Ibrahim come y bebe durante el día. O a lo mejor él quiere matar dos pájaros de un tiro y evitar aumento de peso que normalmente acompaña el proceso de abandono del consumo del tabaco.
Ibrahim cuenta que lleva 26 años fumando y su padre murió de cáncer de pulmón. Por eso pobre hombre quiere dejar esta mala costumbre sea como sea. Y veremos a ver si el invento le ayuda a empezar una vida libre de tabaco.