Que la barba está de moda es un hecho, que hasta llega a aburrir. Cuando un sector de la población se convierte en mímesis de uno sólo pasa de ser original a vulgar. En las calles de las ciudades, los hombres han decidido dar el golpe de fuerza a través de la expresión de su vello facial. Ya no es sólo una opción de hippies, desaliñados y hipsters. Ahora hay muchos tipos de barbas: Ejecutivas, intelectuales, bonachonas, chic, atormentadas…etc. Y todos tienen algo en común, que se creen modernos.
Resulta que este auge tiene su origen en demostraciones psicológicas. Que en la película «300» Leónidas lleve barba, es una cuestión de estatus, jerarquía, poder, y masculinidad. La barba está asociada a la testosterona: a la fortaleza y la agresividad. Y entre los hombres a la demostración de quien en más fuerte. El hombre como el oso cuanto más pelo más hermoso.
Aunque los hombres con barba se le suele echar dos años más y según los estudios a las mujeres nos gusta menos (no a todas), lo cierto es que eso a los hombres les da igual, porque no pretenden gustar a las féminas, sino aumentar la posibilidad de que el resto los considere como un hombre con autoconfianza, sexualmente activo e inmune a las enfermedades.