La modelo rusa Natalia Vodianova tuvo su cuarto hijo hace un mes, el 2 de mayo. Con motivo del cumpleaños de su marido, Antoine Arnault, el carismático sucesor del imperio Louis Vuitton (LVMH), ésta quiso hacerle un regalo de lo más sugerente: una foto de ella y su hijo Maxim dándole el pecho.
La foto la ha realizado el famoso fotógrafo Paolo Roversi, y no puede ser menos natural. Ella sale divina porque lo es, con lo que se le puede ver de figura, envidiable, y un rostro bellísimo. Ella es preciosa y no es eso lo que algunos medios critican, que en la foto aparezca más como musa que cmo madre, se pueden ser las dos cosas a la vez. Lo que algunos sectores apuntan es la colocación de Vodianova, que no hace mención ni siquiera con un dedo de tener un niño colgando del pecho. La foto es distante y fría. El niño pasa desapercibido porque es más una exhibición de la naturaleza bondadosa ante cuatro partos.
Creo que es una foto maravillosa, pero no refleja en absoluto lo que es la maternidad, no es realista, ni cálida. Suponemos que a Antoine Arnault, le habrá gustado. A lo mejor la rusa ha llamado la atención de su marido ante el cumpleaños de este con esta foto, para mandarle en mensaje de: «Cari, sigo estando pa’ morirse de güena». ¡Si es así, lo has conseguido Natalia!