En Australia se han dado a conocer los nombres de los elegidos para tener el «mejor trabajo del mundo». La selección se hizo mediante un concurso que fue iniciado pasado mes de marzo. Los afortunados son seis personas de diferentes países. A ellos se ofrecen puestos de un golfo fiestero, de catador y crítico de restaurantes, guardia de un parque nacional, buscador de aventuras, fotógrafo y veterinario.
Así para el puesto de guardia del parque nacional en Queensland al noroeste del país ha sido elegida la francesa Elisa Detrez. Ella no solo tendrá que cuidar el medio ambiente sino también «popularizar» la flora autóctona de esta zona y estudiar la cultura de los nativos australianos.
Al irlandés Allan Dixon le tocará ser un buscador de aventuras. Él tendrá que recorrer el Outback (el interior salvaje de Australia) en donde compartirá la vida con los habitantes locales.
El estadounidense Andrew Smith ha sido el más aforunado de todos, en mi opinión. Andrew se sumergirá en el mundo de la noche y de los festivales en Sidney y de toda la zona Nueva Gales del Sur. Y todo ello tendrá que ser contado en Twitter.
Ser un catador y crítico de restaurantes tampoco está mal. Así que se podría decir que el británico Rich Keam también ha nacido con una flor en el culo. Él recorrerá restaurantes, cavas, viñedos y cervecerías de Australia Occidental.
El brasileño Roberto Seba, que ya ha tenido experiencia de trabajar para Lonely Planet, se encargará de fotografiar toda su vida en Melbourne.
Y por último, el canadiense Greg Snell. Este hombre curará animales en el sur de Australia y también organizará las visitas de los turistas por esta zona para enseñarles la fauna, incluidos los leones marinos y canguros.
Y lo más importante son las condiciones salariales. Los ganadores recibirán 100.000 dólares por un semestre de estancia, que incluyen el salario y los gastos. Creo que este matiz es lo que convierte realmente este trabajo en el mejor del mundo. O uno de los mejores por lo menos.