Quizás con la llegada del verano, podemos entrenar aquellas aptitudes que durante el año nos quedaron colgando. Si eres una persona que debe enfrentarse diariamente a un auditorio: un colectivo de más de tres personas también, seguimos ofreciendo las pautas para no perder el «charm» durante el inicio de un discurso.
Recuerda que si nos apoyamos en diapositivas visuales, algo muy importante es no leer textualmente el contenido de la misma, es redundante y denota inseguridad y poco conocimiento sobre el tema. Es importante hacer pausas, en teatro pueden estar precedidas por una pregunta retórica y son siempre un momento de reflexión para el que te escucha, los vacíos de palabra, los silencios son igual de importantes que un chiste dicho a tiempo y con gracia.
Para iniciar un discurso no puedes ir a machete, debes primero dar el aperitivo del tema a tratar, y luego el primer palto, segundo y postre. Todo tiene un inicio, medio y un fin, ya lo decía Arístóteles.
Y precisamente cuando cerremos un tema hagamos preguntas, no incisivas, para que él interlocutor por se atreva ni a responder, sino preguntas amables y que tiendan al debate, eso favorecerá conocer hasta que punto nuestro speech ha llegado a nuestro interlocutor, o no.