Si tenemos en frente un vaso de la mejor bebida “un escocés”, te damos algunas recomendaciones para catarlo, utilizando los sentidos:
El Olfato
La cata del whisky se hace principalmente con la nariz, un organo mucho más agudo que el paladar, aunque los dos están interrelacionados en el momento de beber.
Mientras que sólo hay cuatro sabores primarios, hay 32 olores primarios. Estas partículas volátiles se perciben por las papilas olfativas localizadas en la parte posterior de la nariz y en conexión directa con el cerebro.
El Gusto
La lengua no sólo reconoce los sabores primarios sino tambíen percibe lo que se conoce como ‘mouthfeel’ (tacto en la boca) – la viscosidad, la textura, y la suavidad del líquido que estamos tragando – y la fuerza alcohólica, lo qual es esencialmente una evolaracíon del grado de dolor – desde lo molesto hasta lo insoportable – que se perciben con la nariz. En la cata del whisky la fuerza alcóhlica es bien evidente en un licor de grado alto lo qual puede picar tanto la nariz como la lengua hasta inducir entumecimento temporaria. Así que hay que tener cuidado al catar un whisky de gran fuerza alcohólica – es decir, el whisky que viene directamente del barril.
El Sabor
Es una combinación de tres factores: olor, sabor y sensaciones.
La nariz percibe esencias – pequeños cambios de sabor en las partículas volátiles aromáticas – y pasan la información directamente al cerebro. Los olores que nos rodean son registrados inconscientemente aunque los olores probablemente provocan memorias más efectivamente que sonidos o visiones: puesto que son los más evocadores de experiencias. Con un poco de práctica pronto aprenderá a separar e identificar los olores y sus partes constituyentes.