60 años de Fred Perry

En agosto de 1952, Fred Perry, recientemente retirado, y sin duda el mejor tenista británico de todos los tiempos, lanza su ya clásica colección de ropa deportiva. Había nacido una estrella (de la moda). Ahora, la firma celebra sesenta años como icono de estilo, con una presencia única en el firmamento del british style, de la subcultura anglosajona. Imposible explicar el uno sin la otra.
La ropa deportiva Fred Perry encontró un hueco en el corazón de la cultura popular juvenil británica. Su clasicismo y pureza de formas llamaba particularmente la atención de aquella joven clase trabajadora que emergía tras los grises años de la posguerra, y estaba muy influenciada por los cambios, la música, las películas y la moda que llegaba a través del Atlántico.

Los jóvenes y estetas británicos se sentían muy cómodos con la elegancia natural que proponía la firma de casual wear. Han sido varias las tribus urbanas a la largo de estas décadas, las que adoptaron el look Fred Perry como forma de distinguirse, de diferenciarse de otros congéneres. Mods, Skinheads, los seguidores del Northen Soul, del Brit Pop y del Indie. Además, de una larga línea de héroes y heroínas musicales, desde Paul Weller a Amy Winehouse, han lucido el laurel con orgullo.

Hoy, 60 años más tarde, Fred Perry parece eternamente joven en los ojos de una audiencia internacional. La asombrosa capacidad de la marca para estar al día y relacionarse con el público de las culturas y subculturas emergentes, sin perder nunca credibilidad entre sus clientes principales, es única. Pocas marcas británicas han mantenido un liderazgo en estilo durante un período tan largo de tiempo. Así, tras seis décadas de cambios culturales estructurales, el icónico logo de la corona de laurel se ha mantenido como un emblema consistente de independencia en un mundo donde triunfa una creciente y demoledora homogeneidad.

 

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