La Sears Tower renombrada en 2003 como la Willis Tower, es una de los edificios más altos de Norteamérica. Esta construcción de 442 metros de altura en Chicago, Illinois, Estados Unidos, dio un susto a dos turistas que disfrutaban de las vistas de la ciudad en el piso 103. A esta altura se construyó en 2003, un mirador llamado Skydeck, con una estructura acristalada tanto en la base que constituye el suelo como la balconada, se llaman The ledge.
Alejando Garibay el hombre que disfrutaba de las vista se percató del resquebrajamiento de la superficie de la balconada e instantáneamente llamó a los responsables del edificio que no hay tardado en admitir con pasmosa serenidad que el edificio está diseñado para que suceda este crujir de cristales.
No entiendo muy bien que satisfacción puede haber en pisar sobre superficies acristaladas a una altura de 442 metros más o menos, quizás las vistas. El chute de adrenalina que estos turistas se darían debió ser considerable. No me pillarán subida haciendo fotos a la ciudad en esas condiciones. Pero lo que más llama la atención son las explicaciones de los responsables del edificio. Todo un ejemplo de estoicismo.