Mark Inglis, el hombre que conquista el Everest sin piernas

¿Cuantas veces nos quejamos de pequeños problemas de salud, que nos duele la cabeza o la espalda y lo asumimos como un serio impedimento para alcanzar grandes objetivos en nuestras vidas? Y resulta que para ser un ejemplo de fuerza y resistencia no hacen falta ni piernas.

Todo está en nuestra cabeza. Demostrado por el neozelandés Mark Inglis, un hombre que perdió sus piernas en el año 1982 después de quedarse atrapado por una ventisca de nieve en Monte Cook, Nueva Zelandia. Mark estuvo debatiendo entre la vida y la muerte durante 14 días hasta que pudo ser rescatado. Pero para salvarle la vida los médicos tuvieron que amputarle las piernas por encima de las rodillas.

Pero eso no le hizo abandonar su pasión por escalar las montañas más altas de planeta Tierra. Y en el año 2006 Mark cumplió su sueño de toda la vida – subir al pico más alto del mundo, el Monte Everest, 8848 metros sobre el nivel del mar. Pocas personas que tienen todas sus extremidades en completo consiguieron hacerlo. Y muchos perdieron sus vidas en el intento.

El ascenso de Ingles al Everest duró 40 días. Durante este tiempo le pasó de todo. Por ejemplo, en el nivel de 6400 metros se le estropeó una de los prótesis y Mark tuvo que repararlo. Estaba preparado para esta situación y llevaba encima los recambios por si acaso. Después de acabar con la reparación este hombre continuó la subida y consiguió culminar estos legendarios 8848 metros.

Otra curiosidad de su aventura fue que Inglis tenía que subir por un lado de la cumbre y pajar por el otro. Solo dos expediciones más consiguieron realizar el mismo trayecto en toda la historia de los ascensos al Everest.

¿Alguien se atreve ahora a quejarse de que el dolor de la cabeza le impide ir a hacer deporte?

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