Pedro Quezada de 44 años, vecino de Passaic, estado de Nueva Jersey, Estados Unidos, se ha convertido en el objeto de envidia de mucha gente después de llevarse el jackpot en lotería PowerBall. El importe es tal que me provoca el hipo sólo de pensar en ello. 338 millones de dólares (263 millones de euros). Y cuenta que su billete de la suerte lo compró en una tienda de alcohol por donde pasa todos los lunes.
La secuencia de números de la suerte que le trajeron esta suma a este hombre de origen dominicano, padre de cinco hijos es 17, 29, 31, 52, 53 más número adicional, el PowerBall, 31. Por lo que dice Quezada, él todavía no ha sido capaz de asumir este acontecimiento. Pero confiesa que en cuanto reciba el dinero que le corresponde lo primero que va a hacer es ayudar a los que más lo necesitan. La ciudad de Passaic es realmente una zona con alta tasa de pobreza entre la población. Una de las vecinas de Pedro Quezada dice que ven este premio como «un signo de que la gracia de Dios existe y ésta se ha ido a parar en las manos de alguien».
Según las leyes del estado de Nueva Jersey si Pedro Quezada decide cobrar el premio de golpe le corresponden 211 millones de dólares. Y después de pagar todos los impuestos correspondientes se le van a quedar 152 millones de dólares. La diferencia es brutal pero aun así el importa final no está nada mal que digamos.
Este jackpot de 338 millones de dólares es el cuatro premio más grande jamás ganado en PowerBall. Las probabilidades de ganar este premio es de 1 contra 175 millones. Así que la suerte de Pedro Quezada es única entre los 175 millones de otros como él. Espero que ese dinero sea realmente bien aprovechado ya que no son raros los casos cuando estas enormes fortunas se malgastaban en poco tiempo y los ganadores caían en desgracia. Que por cierto, de esto hablaremos más adelante.