Ya están repartidos todos los premios de los Oscar 2014. Y es hora de hablar de los grandes fracasos y de los grandes aciertos de estilo masculino en la alfombra roja.
Los dos ganadores al mejor actor protagonista y secundario, los actores Mathew McConaughey y Jared Leto (líder del grupo musical 30 seconds to Mars) iban de esmoquin blanco. A mí, eso me despista. Es cierto que no hubo muchas sorpresas en general y las que surgieron, como está fueron dudosas. El esmoquin blanco masculino sólo puede ser de camarero. Eso es así. O cómo se utilizaba en los años 30, cuando en zonas tropicales el uso del negro se hacía imposible por el calor, la chaqueta era blanca. Ganaron un oscar cada uno, perdieron en la alfombra (lo de Leto con la pajarita granate no tiene nombre, por muy Bulgari que fuera el atuendo.) Otro desafortunado fue el cantante Pharell Williams que iba con un esmoquin cuyo pantalón ¡eran unas bermudas! Todo un derroche de mal gusto.
Para mí los mejores vestidos fueron los clásicos, y los más fieles a la esencia y a la importancia de la noche, los que llevan el esmoquin impecable: El prometido de Olivia Wilde, Jason Sudeikis, que además fue innovador en el color, una combinación de azul marino y negro, muy chic, todo de Prada. Y el segundo más impresionante fue el ganador del Oscar a la mejor producción Brad Pitt, también de esmoquin de Tom Ford.