El nuevo Porsche Boxster llega con una carrocería más ligera, con chasis renovado y un peso reducido. Estéticamente los cambios se ven en una mayor distancia entre ejes y unas vías aumentadas, además de sus llantas de nuevo diseño.
El roadster estrena, además, dirección electromecánica y mejoras que redundan en mejores prestaciones y un consumo un 15% más bajo.
El nuevo Boxster deja ver unos voladizos más cortos, un parabrisas desplazado hacia adelante, una silueta más plana y aristas prominentes.
La capota eléctrica ha sido completamente rediseñada y ahora dispone de un compartimento para quedar recogida. El interior dispone de un espacio mayor a los ocupantes y una nueva consola central que ya fue estrenada por el Carrera GT.
El biplaza alemán se ofrece en dos variantes, Boxster y Boxster S con motor bóxer de seis cilindros e inyección directa y sistema start/stop. El propulsor básico es un 2.7 litros de 265 CV, diez más que su antecesor. El alto de gama es un 3.4 litros con 315 CV, cinco más que antes. Ambos van equipados con cambio manual de seis velocidades pero opcionalmente pueden equipar la transmisión automatizada de doble embrague y siete marchas PDK, que en ambos casos logra una rebaja en consumos y emisiones. Así el primero marca un consumo medio de 7,7 litros/100 km, mientras que en la versión S es de 8 litros/100 km. En cuanto a las prestaciones, la aceleración de 0 a 100 km/h es de 5,7 y 5 segundos, respectivamente.
El nuevo Boxster llega a los concesionarios a partir del mes de abril. La versión básica está disponible por 52.879 euros, 516 menos que su antecesor. Por su parte, el Boxster S cuesta 67.135 euros en su versión manual y 67.640 en la versión con cambio PDK.