El 27 de enero finalizó en Madrid la cumbre gastronómica Madrid Fusión 2011. Y como es costumbre, ha dejado muchas innovaciones de lo más curiosas tanto en la gastronomía como en las copas y cocktails. Si creías que ya nada te podía sorprender o que ya estaba todo inventado, estabas confundido y mucho.
¿Os acordáis del Gin Tonic de toda la vida? pues ya es parte del pasado, ahora este combinado se adereza con plancton o algas. ¿Qué os parece?, seguro que raro por lo menos. En el siguiente vídeo de la agencia EFE los protagonistas de estas nuevas creaciones culinarias explicaran sus obras. Sacad entonces vuestras propias conclusiones.
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También os dejamos un artículo de la agencia EFE con mucha información sobre estos innovadores cubatas y cocktails.
Del Gin Tonic clásico al huerto en un vaso
Madrid. (EFE).– Preparar un gin tonic parece sencillo: ginebra, lima o limón, tónica, y hielo, pero de un tiempo a esta parte, también pepino, albahaca e incluso algas y plancton marino se han convertido en ingredientes de este clásico de la coctelería en una revolución que a los ortodoxos les pone los pelos de punta.
Si hay un escaparate que refleje lo último de lo último en tendencias gastronómicas es Madrid Fusión, donde estos días el gin tonic fluye como agua fresca y uno ha de acercarse al vaso para averiguar cuál es el último ingrediente estrambótico que se le ha ocurrido en esta ocasión al barman.
Para Javier de las Muelas, experto en coctelería y propietario de bares míticos como el Gimlet y el Dry Martini, el «fenómeno gin tonic» tiene mucho que ver con «la feminización en el beber, que ha hecho que los gin tonic sean mucho más suaves de contenido alcohólico, con 6 ó 7 centilitros de ginebra como mucho».
«El riesgo está en que a veces se va a buscar más un huerto que un gin tonic, empezamos a añadirle componentes botánicos, ramitas de nosequé, de olivo, de lo otro, y lo que hace falta es mucho sentido común y recrearnos con otras fórmulas, pero respetemos el gin tonic», afirma a Efe De las Muelas.
La mezcla perfecta, según este experto, ha de basarse en una buena ginebra (como máximo 7 centilitros), el botellín entero de tónica (hay marcas para aburrir, últimamente), dos rodajas de lima y remover muy poco: «a partir de ahí no soy partidario de incorporar nada más», recalca.
También es «fundamental» el hielo, siete cubitos compactos y cristalinos, y el vaso alto y ancho, como los de sidra, aunque haya quien prefiera las copas de balón. «A veces la creatividad es fuente de problemas porque no tiene buena base», advierte De las Muelas.
Ortodoxias aparte, lo cierto es que la oferta es abrumadora. Gin tonic con pepino, con granos de café en suspensión y hasta con algas y plancton, como el muy verdoso combinado que ha desarrollado Ángel León, el «chef del mar», en conjunción con la ginebra Fifty Pounds: lleva plancton en suspensión y saladas algas de la variedad salicornia con el fin de evocar la sensación de tomar un gin tonic frente al mar. El Mediterráneo también ha inspirado otra ginebra de autor, «Gin Mare», una bebida infusionada con oliva, romero, tomillo y albahaca con la que el mixólogo Víctor García de Haro ha diseñado un gin tonic que contiene albahaca fresca cristalizada (además de un cóctel gastronómico sólido que incluye entre sus ingredientes un berberecho, aunque esa es otra historia…).
Mientras, la ginebra Hendrick’s ha acudido a la cumbre gastronómica madrileña con una bañera «vintage» de los años veinte similar a las que se empleaban en Estados Unidos para elaborar destilados caseros durante la ley seca y con dos grifos que se abren para servir la ginebra por uno, y la tónica por el otro.
Los responsables de esta marca proponen un gin tonic con pepino y pétalos de rosa -ojo, de los comestibles-.
Cristalino y clásico o verde y rompedor, lo cierto es que este invento de los ingleses nunca estuvo tan de moda.