Nada más ver la carrocería del 508 se puede imaginar el interior del habitáculo y bajo el capó, una línea elegante, robusta y amplia. Si lo comparamos con el anterior 407 lo supera en 10 centímetros, pero también ha sufrido modificaciones para ganar espacio y calidad en habitabilidad trasera y maletero. Se ha conseguido rebajar el peso de la carrocería en 35 kg gracias a la utilización de materiales de alta tecnología para su construcción. Además el nuevo Peugeot está más que comprometido con el medio ambiente debido a la presencia de más materiales reciclables.
La aerodinámica ha sido uno de los factores más cuidados a la hora de diseñar el nuevo 508. Las líneas de la carrocería son continuas y sin rupturas. Los limpiaparabrisas y las antenas no se ven y las juntas de los grupos ópticos se integran perfectamente en la línea. Un CX de 0,25 para la versión berlina permite reducir los consumos hasta los 4 litros.
Tiene un diseño mucho más agresivo que sus modelos anteriores, además incluye elementos LED y xenón. El resultado es visualmente muy atractivo (la marca califica de «felina» la línea de los faros y no están equivocados) y muy eficaz en la práctica, ya que se incorpora la iluminación diurna. Si se opta por una iluminación halógena, la luminosidad se ha aumentado un 30% respecto a las lámparas convencionales. Si se prefiere xenón, la iluminación es adaptativa.
El interior es acogedor y con una alta calidad en los acabados. El diseño en un único bloque le da una apariencia continua e integra perfectamente el interior con el exterior. Los mandos de los instrumentos están colocados al alcance del conductor y la mayor parte de las funciones son controlables desde el volante.
El 508 hereda del 3008 el head-up display, esta vez en color, que muestra la información de los sistemas del vehículo en una pantalla transparente encima del salpicadero. De esta manera, no hace falta apartar los ojos del parabrisas para poder controlar las indicaciones del navegador o la velocidad del control de crucero, por ejemplo.
El 508 parece pensado para plantar cara a las berlinas alemanas de la competencia y por comportamiento es un rival muy duro. Tiene aplomo en las curvas y un espíritu rodador que le convierten en un coche ideal para viajes. La habitabilidad mejorada y el imponente maletero confirman esta impresión.
Conduciendo la versión Station-Wagon, un par de centímetros más larga y con más de 600 litros de maletero, las sensaciones son idénticas. La nueva plataforma del 508 es sorprendentemente dinámica.
Existen dos opciones a la hora de elegir el cambio y se puede optar por la caja manual pilotada que gestiona automáticamente el funcionamiento del embrague. El tacto está a medio camino entre la caja manual y una automática, aunque la adaptación es muy rápida y permite olvidarse del embrague.
La marca francesa ha invertido en confort consiguiendo unos asientos verdaderamente cómodos con la posibilidad de añadir masaje lumbar para el conductor. La habitabilidad de las plazas traseras se aumentado en 5 centímetros respecto al 407 y permite viajar cómodamente a dos personas altas. Entre el equipamiento disponible se encuentran el climatizador de cuatro zonas, el freno de mano eléctrico, el equipo de audio Bose y el medidor de distancia de aparcamiento.
No hay duda de que los franceses han querido plantar cara a las berlinas alemanas con este modelo realmente competitivo al 100%. Los motores van de los 112 hasta los 204 CV de potencia. Como suele suceder en Peugeot, los diésel son la opción más habitual de compra.