Un puro a medio fumar…

A los hombres que les gusta disfrutar un puro, también les gusta leer historia sobre los mismos. Hoy te traemos una muy interesante y quizás inédita en el mundo.

Como todos sabemos, Sir Winston Churchill ha marcado la historia de la humanidad en el siglo pasado. Sin dudas que hablamos de uno de los personajes de la política más influyentes de ese entonces.

Varias décadas despúes de su fallecimiento, se están rematando en el Reino Unido varias de sus pertenencias, entre las que se encuentra «un puro a medio fumar«, cuya subasta podría llegas a los 8.000 euros. Este puro y un cigarro también perteneciente a este personaje de la historia, dos preciados objetos que se convirtieron en el afán de varias personalidades del mundo entero, que quieren que ese puro y ese cigarro, sean de su pertenencia. Sin dudas es el puro más famoso, ¿qué harías tu?.

La subasta corresponde a objetos de Sir Churchill de la Segunda Guerra Mundial. El puro corresponde al año 1941, cuando el líder británico debió convocar a una reunión urgente con su gabinete, dejando el puro a medio fumar.

Los objetos son subastados por la revista Forbes,  quien los mantuvo en absoluto secreto y reservados durante estas décadas fue nada menos que Malcom S. Forbes Jr., descendiente del fundador de dicha revista. Además de los puros, entre los objetos subastados figura una carta enviada por Churchill a Adolf Hitler en la que se puede leer «…estoy avergonzado de que usted haya escrito esta carta. Se la devuelvo, para ser quemada y olvidada«.El Primer Ministro británico respondía a un pacto que le había propuesto el líder de la Alemania Nazi.

Mientras tanto, y refiriéndose al éxito de la subasta, Matthew Paton, portavoz de la casa en la que se está desarrollando la misma, expresó «Es maravilloso ver que el estatus legendario de Churchill todavía se mantiene y sigue en aumento«.

Lo cierto es que los fanáticos de los puros en todo el mundo continúan haciendo sus apuestas por llegar a tener en su poder el legendario y prestigioso puro fumado por Churchill, la gran pregunta es ¿quién será el afortunado?

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