La FIFA a decidido, finalmente, añadir las nuevas tecnologías en los partidos de fútbol. Tras años de negativa a accedido a implementar dos nuevos sistemas que acabarán con los goles fantasma. El sistema será similar al famoso ojo de halcón que se usa desde hace años en los partidos de tenis. Se acabará así las eternas discusiones en los bares intentando dilucidar si el balón ha sobrepasado o no la línea completamente.
Estas tecnologías son las únicas que han conseguido pasar los criterios de la Internacional Borrad para ser utilizados. El árbitro debe saber si ha entrado el balón en menos de un segundo. Lo bueno de esto es que no cabe error alguno. Tiene que ser exacto al 100%. Se puede usar tanto de día como de noche así como en caso de lluvia o nieve.
El ojo de halcón basa su eficacia en una red de cámaras de alta velocidad que siguen los movimientos del balón Según un proceso de triangulación y un sistema de cotejo de píxeles respecto a la superficie, se consigue saber exactamente la posición exacta de la pelota, conociendo perfectamente si ha superado la línea. El ejemplo más claro son los partidos de tenis, donde se ha convertido en un elemento indispensable para el arbitraje.
Se genera un campo magnético de baja frecuencia en la portería. Gracias a un chip que está dentro del balón, si este rebasa completamente el arco, el sistema manda una señal inmediatamente a los cronómetros de los árbitros. En boca de sus creadores, «nuestro sistema funciona en cada portería, con 10 antenas montadas en los postes y el larguero, revestidas de plástico. Hay un excitador (o inductor) enterrado parcialmente, conectado a un procesador. Dentro del balón tenemos tres bobinas electrónicas situadas entre la cámara de aire y los paneles del balón. Cuando el balón entra en la portería, el sistema de la antena se activa y ‘excita’ al procesador. Una vez que se ha traspasado el campo magnético, lo que equivale a marcar un gol, la señal inalámbrica de radiofrecuencia se transmite al reloj del árbitro».