Estamos tristes, muy tristes. El reloj del Mundial se paró para muchos aficionados el domingo cuando la selección Holandesa ganó a la selección Mexicana por 2-1. Pero la derrota se hace más dura cuando pensamos que de brasil se va una de las protagonistas que han hecho del Mundial algo más bello. La reportera mexicana Vanessa Huppenkothen, se va también. Nos gustaría que se quedara retransmitiendo cualquier cosa, un partido entre siliconadas en Copacabana o un concurso de caipiriñas entre guiris. Eso nos da igual. Pero Vanessa se ha ido.
Esta reportera, modelo, licenciada en relaciones internacionales, de 28 años, rubia de cara angelical, más guapa si cabe sin maquillar que maquillada, y con un cuerpo de Victoria’s secret. Pero tantas virtudes no resisten un cuerpo y algún defectillo tendrá que tener, no en lo profesional, que además de simpática parece realizar sus labores como redactora de Televisa a la perfección, sino en el terreno personal. Ya que se la pilló en una infidelidad con uno de sus compañeros de la cadena de televisión mexicana y provocando con esto un escándalo y un divorcio de su marido Juan Fernández.
Los españoles ya no tenemos a Sara Carbonero que fue la estrella del anterior mundial, más discreta eso sí que Vanessa, que no es que le encante, ¡Alardea de su fama! y está dispuesta a darle todo lo que el espectador pida. Eso se llama devoción al trabajo. Nos encanta Huppenkothen, por ese «toquen» disparatado y un poco horterilla.