Después de una lluviosa y fría primavera por fin llega el verano. Por fin y por desgracia porque el verano en España no solo significa esas largas tardes de terraza con una cervecita en la mano. Entre cervecita y cervecita no estaría nada mal seguir entrenando para no anular todo el esfuerzo aplicado durante la operación bikini.
¿Pero cómo corremos con el calor que hace? Lo ideal sería evitar el entrenamiento en pleno calor y pasar a hacerlo por la mañana o a última hora de la tarde. El peor tiempo es entre las 10 de la mañana y 5 de la tarde. ¿Pero si no se puede? Yo soy la partidaria de salir a correr (casi) con cualquier tiempo. Simplemente para hacerlo bien hacen falta algunas adaptaciones.
En primer lugar hay que llevar una ropa adecuada. Mejor que sea sintética que de algodón. Los materiales sintéticos no absorben el sudor y permiten que éste se evapore mejor. Y recordad que la cabeza debe de estar cubierta.
La hidratación es la clave. Hay que beber líquidos antes, durante y después del entrenamiento. Si sales a correr por la mañana, el día anterior recuerda beber mucha agua durante la tarde. Durante el entrenamiento planea tu ruta cerca de fuentes con agua potable. Y si tienes un cinturón o mochila de hidratación – mejor que mejor.
Y no olvides de reponer tus reservas energéticas después de cada entrenamiento con una buena porción de proteínas o carbohidrátos bajos en brasa y ricos en fibra.